Síntomas y tratamiento de la infección de orina en el embarazo

Las infecciones de orina son bastante comunes, pero además tienen mayor incidencia en el embarazo. En este periodo las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir una infección de orina.

Hay varios microorganismo que pueden producir una infección urinaria, como determinadas bacterias, hongos, parásitos o incluso virus, pero en la mayoría de los casos (tanto si son de vejiga como de riñones) están causadas por la Escherichia Coli, una bacteria que normalmente está en el intestino.

Durante el embarazo el cuerpo de la mujer sufre muchos cambios y no solo físicamente visibles, sino también a nivel interno del organismo. Esto puede afectar también a las defensas y a las vías urinarias y provocar, así, una mayor predisposición a sufrir estas dolencias.

Puede padecerlo cualquier mujer gestante y a lo largo de los nueve meses de embarazo, aunque la incidencia es mucho mayor en mujeres de más edad, en primerizas o aquellas que han tenido embarazos sucesivos espaciados por cortos periodos de tiempo. Aquellas madres que hayan tenido infecciones de orina en anteriores embarazos también tendrán una mayor predisposición a volver a sufrirla.

Hay que diferenciar dos tipos de infecciones urinarias: las infecciones de vejiga o cistitis, que es la más común, y las infecciones de riñones o pielonefritis, que es un poco más complicada y molesta.

Los síntomas dependerán en cada caso del tipo de infección que se tenga (cistitis o pielonefritis). Además, cada mujer puede tener más o menos síntomas, sobre todo en el caso de la cistitis. Mientas que hay mujeres que tienen dolores atroces e incluso expulsan sangre otras tienen dolores más leves o, incluso, solo lo notan a la hora de orinar.

Así, los principales síntomas de la infección de vejiga o cistitis que pueden aparecer son:

• Dolor al orinar.
• Sensación de ardor al orinar.
• Necesidad de orinar frecuentemente, incluso aunque la vejiga esté vacía o hayas ido al baño hace poco. Se conoce como polaquiuria.
• Dolor en la parte baja de la pelvis.
• La orina huele mal y/o está más turbia de lo normal.
• Presencia de sangre o pus en la orina, conocido como hematuria.

Por otro lado, los síntomas de pielonefritis o infección en los riñones son los siguientes:

• Escalofríos o fiebre.
• Dolor en la zona de la espalda.
• Debilidad o fatiga.
• Vómitos.

Si notas alguno de estos síntomas durante el embarazo es recomendable acudir al médico cuanto antes, sobre todo si se trata de síntomas característicos de la pielonefritis.

Como hemos dicho, las infecciones urinarias se tratan con antibióticos. En el caso de una embarazada el tratamiento suele ser el mismo, ya que estos medicamentos son los únicos antimicrobianos que pueden acabar con los microorganismos que lo han causado. Sin embargo, el médico tendrá en cuenta la situación de la paciente para recetar uno u otro. El tratamiento con antibióticos suele durar siete días, aunque si es una infección recurrente podría prolongarse algo más, incluso hasta el momento de dar a luz.

Ante todo es importante acudir al médico o ginecólogo y no tomar antibióticos por tu cuenta, ya que podría darse resistencia bacteriana y complicar la infección.

Además de los antibióticos puedes seguir algunas recomendaciones para disminuir los síntomas y ayudar en la mejora.

• Aumenta el consumo de líquidos. De esta forma irás más al baño y se limpiará más la vejiga y los riñones, que es bueno para filtrar los deshechos. Eso sí, ten en cuenta que la leche no se considera líquido. Puedes tomar tés o zumos, aunque lo mejor es beber mucha agua.
• Evita las comidas picantes.
• Cuando vayas a orinar seca muy bien la zona genital, del mismo modo que cuando te duches. La humedad es perfecta para la proliferación de bacterias, así que evita su exceso.
• No aguantes las ganas de hacer pis y orina con frecuencia.
• La ropa interior es mejor que sea de algodón evitando las prendas sintéticas. Además, evita llevar pantalones o prendas demasiado ajustadas.
• Cuando defeques acuérdate de limpiar la zona de delante hacia atrás. Esto es algo importante de saber, ya que muchas veces no nos damos cuenta de que nos limpiamos mal. El hecho de hacerlo así es para no arrastrar restos fecales a la zona vaginal y así evitar que se metan en la uretra. Esto también es lo recomendable cuando se limpia a un bebé, sobre todo si es niña.
• Si vas a la piscina o a la playa evita tener el bañador mojado mucho tiempo puesto. Es mejor secarse y llevar un recambio seco.
• Es recomendable orinar siempre tras las relaciones sexuales.

Si te ha resultado útil conocer los síntomas y el tratamiento de la infección de orina en el embarazo es probable que, para prevenir que se repita este problema, te interese conocer Cómo evitar la infección de orina en el embarazo.

Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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