Así como ocurre con otros padecimientos gastrointestinales, en el caso de los pacientes con diverticulitis un cambio en la dieta será fundamental para garantizar una adecuada recuperación. Por este motivo deben eliminarse algunos tipos de alimentos, mientras que aumenta la necesidad de ingerir otros que favorecerán la reducción de los bultos en el intestino grueso. En unComo te explicamos con detalle qué comer si tienes diverticulitis.
Qué comer si tienes diverticulitis
Es muy importante que si padeces de esta condición ajustes tu dieta y especialmente aumentes progresivamente la ingesta de fibra, pues se sospecha que una de las causas de la aparición de esta enfermedad es la falta de fibra en la dieta. Así, es recomendable que consumas:
- Frutas y verduras frescas, pues se trata de alimentos ricos en fibra que pueden favorecer de forma notable el tratamiento de esta enfermedad, sin embargo es fundamental ir poco a poco para medir las reacciones de nuestro intestino. Alimentos como la papaya, el plátano, las manzanas o las peras (sin piel) son adecuados. En cuanto a los vegetales se recomienda la ingesta de zanahoria o verduras ligeramente cocidas, evitando siempre las de alto contenido de fibra como el brócoli, las espinacas o acelgas pues podrían resultar muy irritantes.
- Cereales como el arroz y el trigo. En cuanto a las harinas es preferible elegir las integrales.
- Proteínas magras como el pescado, la carne sin mucha grasa, el pollo y el pavo.
- Las sopas y caldos ligeros sin preparados deshidratados y hechas en casa también son recomendables.
- Leche de soja, arroz o almendras.
- Infusiones digestivas.
- Tubérculos como la patata o la yuca
- Aceite de oliva.
- 2 litros de agua al día.
Qué NO comer si tienes diverticulitis
Existen diversos alimentos que es recomendable no comer con diverticulitis, pues pueden resultar muy irritantes. Entre ellos destacan:
- Leche y sus derivados, se recomienda sustituir por productos vegetales como la leche de soja o de arroz.
- Alimentos ricos en grasa como frituras, comida chatarra, embutidos y patés.
- Frutas y zumos cítricos
- Frutos secos y semillas.
- Maíz y palomitas de maíz.
- Legumbres, pues contienen demasiada fibra.
- Azúcar refinado, harinas procesadas, dulces y bollería.
- Vegetales como los tomates, el brócoli, repollo, col, acelgas o espinacas.
- Frutas con semillas pequeñas como la fresa, la frambuesa o el kiwi.
- Salsas y condimentos irritantes como la mostaza, el vinagre, el picante, las especias muy fuertes y los encurtidos.
- Refrescos, alcohol, té y cafeína en grandes cantidades.
Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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