Enfermedad de Lyme: causas, síntomas y tratamiento

Enfermedad de Lyme: causas, síntomas y tratamiento

La enfermedad de Lyme es una infección transmitida por la picadura de algunas especies de garrapata que son portadoras de la bacteria Borrelia Burgdorferi. Cuando estos ácaros se adhieren a la piel de los seres humanos, les pueden traspasar esta bacteria a la sangre y causarles una infección que si no se trata a tiempo, puede llegar a afectar el sistema nervioso y otros órganos vitales, dando lugar a una variedad de síntomas severos. Por lo general, si se diagnostica en la fase inicial y se recibe el tratamiento antibiótico adecuado, esta patología se puede curar por completo de forma favorable, por lo que será muy importante acudir a consulta médica ante el manifiesto de los primeros síntomas. Sigue leyendo este artículo de unComo para saber cuáles son las causas, los síntomas y el tratamiento de la enfermedad de Lyme.

Causas de la enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme está causada por la picadura de una garrapata que es portadora de la bacteria Borrelia Burgdorferi; y las garrapatas adquieren este tipo de microorganismo cuando pican a ratones y pequeños mamíferos que han resultado infectados por dicha bacteria.

Se trata de una afección que se observa con mayor incidencia en los Estados Unidos, principalmente, y en diversas zonas de Europa y Asia. Entre los factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de contraer la enfermedad de Lyme se encuentran los siguientes:

  • Trabajar o llevar a cabo actividades al aire libre en aquellos lugares en los que las garrapatas son comunes, y es que estas son frecuentes en pastizales y arbustos. Por esta razón, las personas que se dedican a la jardinería, a la limpieza de maleza, a la agricultura, al mantenimiento de parques, entre otras profesiones, y los que hacen excursionismo o cacería en su tiempo libre tienen un mayor riesgo de contraerla.
  • Convivir con una mascota que pueda tener garrapatas portadoras.
  • Pasear o caminar por pastizales altos o entre arbustos.

Además de esto, es importante tener en cuenta también que las garrapatas una vez entran en contacto con la persona, trepan por su ropa o por su cuerpo durante bastante antes de llegar a adherirse a la piel. Para que la bacteria pase al torrente sanguíneo y se produzca la infección, la garrapata tendrá que haber estado adherida a la piel de 24 a 36 horas.

Evolución y síntomas de la enfermedad de Lyme

Los síntomas de la enfermedad de Lyme aparecen tras unos días o semanas de haber contraído la infección, y es una condición que si no se trata de manera temprana puede propagarse y llegar a afectar al sistema nervioso y a varios órganos. En función de la gravedad de la enfermedad, se distinguen tres etapas, cada uno con un cuadro sintomático específico como veremos a continuación.

Etapa 1

En la primera etapa de la enfermedad, la infección todavía no se ha extendido por el cuerpo, motivo por el cual se la conoce como enfermedad de Lyme temprana y localizada. Los síntomas que se pueden observar en esta fase son los siguientes:

  • Aparición de una erupción cutánea, denominada eritema migrans, que tiene su inicio en la zona de la picadura y que puede ampliarse e ir creciendo con el paso del tiempo. Se pueden observar manchas rojas planas o un poco elevadas con una parte más clara en el centro.
  • Malestar generalizado y fatiga.
  • Fiebre y escalofríos.
  • Dolores de cabeza, articulares y musculares.
  • Rigidez en el cuello.

Etapa 2

La segunda fase recibe el nombre de enfermedad de Lyme de diseminación temprana y sucede una vez que la bacteria ha empezado a extenderse por todo el cuerpo. En este caso, puede llegar a afectar a las articulaciones, al cerebro y al corazón y los síntomas pueden abarcar:

  • Parálisis facial de Bell o debilidad en los músculos de la cara.
  • Entumecimiento o molestias en la zona del nervio.
  • Dificultades para respirar con normalidad.
  • Problemas de corazón, como ritmo cardíaco acelerado, palpitaciones o latidos irregulares.

Etapa 3

La última etapa se denomina enfermedad de Lyme de diseminación tardía y se da una vez que la bacteria ya se ha propagado por todo el cuerpo de la persona afectada. En este caso, los síntomas pueden incluir:

  • Dolor e hinchazón de articulaciones.
  • Dificultad para llevar a cabo según que movimientos musculares.
  • Debilidad muscular.
  • Entumecimiento y sensación de hormigueo.
  • Problemas para hablar con normalidad.
  • Problemas cognitivos.
  • Cambios en el estado de ánimo y en los hábitos del sueño.

Diagnóstico de la enfermedad de Lyme

El diagnóstico de la enfermedad de Lyme se realiza en base a los síntomas que presente el paciente y a la posibilidad de que este haya entrado en contacto con garrapatas portadoras de la infección. Generalmente, se puede llevar a cabo un análisis de sangre para verificar si hay anticuerpos que luchen contra la bacteria responsable de la enfermedad, aunque se debe tener en cuenta que en las primeras etapas es posible que aún no se tengan los anticuerpos, por lo que se podría obtener un resultado falso positivo. Además, se en la primera fase se toman antibióticos, también es posible que no se lleguen a producir los anticuerpos suficientes como para que un análisis de sangre pueda detectar la infección.

Así, además de una analítica, es posible que el médico solicite la realización de otro tipo de exámenes, tales como una electrocardiografía, una ecocardiografía, una resonancia magnética o una punción raquídea.

Tratamiento de la enfermedad de Lyme

El tratamiento de la enfermedad de Lyme se basa en la administración de antibióticos, los cuales se prescriben durante un periodo que puede ir desde los 14 a los 30 días para acabar por completo con las bacterias responsables de la infección. Es muy importante empezar este tratamiento en la etapa temprana de la enfermedad para evitar que la infección avance y se propague al sistema nervioso, al corazón o a las articulaciones. En todos los casos, se deben seguir estrictamente las indicaciones médicas en cuanto a la dosis y la duración del tratamiento establecido. Es probable que también se recomiende la toma de algún analgésico para aliviar la rigidez articular, en caso de que esta exista.

En aquellas etapas más avanzadas de la enfermedad, el tratamiento también consisten en la toma de antibióticos, pero es posible que en este caso se deban administrar por vía intravenosa. Y solo cuando sea estrictamente necesario, se procederá además a drenar el exceso de líquido presente en las articulaciones que hayan resultado afectadas.

Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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