El té blanco proviene de los brotes más jóvenes de la planta Camellia Sinensis, la cual presenta vellosidades en tonos plateados y blancos en las yemas. De todas las variedades del té, el blanco es el menos procesado de todos, pues las hojas simplemente se cuecen al vapor y se dejan secar al sol, mantiendo intactas casi todos sus nutrientes y propiedades medicinales. Se cultiva únicamente en China, en la provincia de Fuijian, y su sabor es delicado, agradable y ligeramente dulce. Si acabas de descubrir esta variante del té y quieres saber cuáles son los beneficios del té blanco, sigue leyendo este artículo de unCOMO.
Numerosos estudios afirman que el té blanco es uno de los antioxidantes más destacados de la naturaleza debido a la alta cantidad de polifenoles que contiene. De hecho, se ha demostrado científicamente que esta variante del té contiene tres veces más polifenoles que el té verde. Estos antioxidantes permiten combatir los radicales libres, principales responsables del envejecimiento prematuro, y aumentar las defensas del sistema inmune.
El té blanco presenta una alta cantidad de flavonoides, un tipo de antioxidante que combate el desarrollo de las células cancerígenas. Así pues, gracias a sus propiedades anticancerígenas, es un remedio natural que favorece, sobre todo, la prevención de varios tipos de cáncer, entre los que destacan el de colon, próstata, de piel y estómago.
El té blanco es altamente beneficioso para tratar tanto la presión arterial baja como la alta, puesto que permite suavizar la sangre espesa y regular la función arterial y el flujo sanguíneo. Asimismo, gracias a las catequinas que contiene, antioxidante de la familia de los flavonoides, favorece la reducción del colesterol.
Al regular la presión arterial, reducir el colesterol y favorecer el flujo sanguíneo, el té blanco disminuye la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares. Así pues, protege tanto el corazón como el sistema circulatorio gracias a sus propiedades cardíacas. Del mismo modo, los investigadores científicos confirman que también es muy beneficioso para todas aquellas personas que sufren enfermedades óseas, como la artritis, porque aporta mayor densidad y fuerza a nuestros huesos.
Sus propiedades antibacterianas y antivirales también son muy reconocidas y convierten al té blanco en un remedio natural ideal para combatir todo tipo de enfermedades de carácter viral, como la gripe. Asimismo, es altamente beneficioso para tratar afecciones de la piel de tipo bacterianas como el acné e impurezas.
En relación con las propiedades antibacterianas, el té blanco combate las bacterias que causan la placa dental y reduce la creación de caries, mal aliento y enfermedades bucales como la gingivitis o periodontitis. Esta variante del té favorece la salud bucal aportanto los nutrientes necesarios a nuestros dientes para mantenerlos fuertes, gracias a que contiene una pequeña cantidad de fluoruro.
Toma dos tazas de té blanco al día y aprovéchate de todos y cada uno de sus beneficios. Verás como en poco tiempo tu piel luce más radiante y tú te sientes con más fuerza, gracias a que permite aumentar las defensas. Además, estimula la quema de grasa si se acompaña con ejercicio y una dieta equilibrada.
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