Cómo tratar una contractura cervical

Cómo tratar una contractura cervical

La contractura cervical sucede cuando los músculos que rodean las vértebras cervicales se vuelven rígidos debido a múltiples factores, generando esto un dolor que afecta a la vida normal de quien lo padece. Puede llegar a producir también mareos, dolores de cabeza o zumbidos. Si esta contractura cervical persiste, el cuello puede perder su curvatura normal y volverse recto, esto se denomina: rectificación cervical. En unCOMO veremos cómo tratar una contractura cervical.

¿Qué es una contractura en la cervicales?

Antes de empezar a a hablar sobre cómo tratar una contractura cervical es importante que sepamos qué es lo que ocurre en nuestros músculos del cuello cuando padecemos esta condición. Las vértebras que se encuentran en las cervicales están protegidas por unos músculos que puede lesionarse por múltiples factores como cambios de temperatura, malas posiciones corporales, etcétera.

Esto produce una fuerte tensión en la zona del cuello que puede impedir que el paciente en cuestión pueda llevar una vida normal porque puede sufrir mareos, pérdidas de equilibrio, entre otras condiciones.

Para poder recuperar tu salud es importante que intentes relajar al máximo dichos músculos cervicales y, así, podrás ir sintiendo alivio y bienestar. Existen diferentes métodos para conseguir este objetivo y a continuación te los descubriremos.

Los tratamientos más efectivos para una contractura cervical

Para poder tratar una contractura cervical puedes llevar a cabo una serie de remedios que te ayudarán a relajar los músculos de la zona y, por tanto, a sentir alivio de forma inmediata. A continuación vamos a descubrirte las mejores maneras que hay de poder mejorar la tensión acumulada y aminorar las dolencias.

Terapia de calor

En primer lugar, cuando notes molestias en el cuello, lo que debes hacer es ponerte calor seco en la zona. Puede ser una manta eléctrica a media potencia y en períodos de tiempo cortos, de 5 a 10 minutos, varias veces al día.

Si no tienes manta eléctrica, también puedes optar por otros métodos que te aportarán calor a la zona. Por ejemplo, cubrirte con una bufanda que acabe de salir de la secadora puede servir también para relajar los músculos y conseguir una gran mejora. También puedes secarla un momento con un secador de aire caliente y colocarla de inmediato rodeando tu cuello.

También existen alternativas como los sacos de legumbres, que previamente se calientan en el microondas y van perdiendo el calor poco a poco. Este tratamiento es el más efectivo ya que el calor relaja los músculos, evitando así la causa del dolor.

Antiinflamatorios para reducir la contractura

Tomar antiinflamatorios o relajantes musculares es una opción, pero no es muy recomendable hacerlo puesto que estos medicamentos se filtran en el hígado, el cual puede generar tensiones musculares cuando está alterado.

Otra opción son los remedios naturales. Hay plantas con propiedades antiinflamatorias como el jengibre o la ortiga que en infusiones pueden ayudarnos a combatir las contracturas cervicales.

Ejercicios para tratar una contractura cervical

Otra forma muy interesante de tratar una contractura cervical consiste en realizar ejercicio diario, en especial actividades como el yoga y el Pilates, ya que ayudan a reducir significativamente la aparición de molestias musculo-esqueléticas. Además enseñan a mantener posturas saludables durante nuestro día a día.

Practicar ejercicios de relajación, sobre todo al despertarse y al acostarse, nos puede ayudar mucho a canalizar las tensiones emocionales que se nos van acumulando a lo largo del día. Hacer descansos cortos a menudo en nuestra tarea diaria, tener pensamientos positivos y controlar la respiración son métodos para estar relajados.

Otro de los mejores ejercicios para las contracturas cervicales son los estiramientos de cuello y de espalda pues te ayudarán a reducir la tensión de la zona y relajar los músculos. Por tanto, si trabajas delante de un ordenador todo el día, te recomendamos que una vez cada ahora, aproximadamente, muevas el cuello hacia adelante y hacia los lados para que se estiren las cervicales. También es recomendable que estires la espalda colocando los brazos tras de ti y estirando al máximo. En este otro artículo de unCOMO te contamos cómo estirar los músculos del cuello para que puedas hacerlo fácilmente.

Cómo evitar una contractura cervical

También hay que evitar las causas de la contractura cervical. Éstas pueden ser muy diversas, como tensiones emocionales, manejo del estrés inadecuado, falta de ejercicio regular, mala alimentación, dormir en malas posturas o con almohadas inadecuadas, el frío también puede favorecer su aparición, etc. A continuación vamos a descubrirte todos aquellos hábitos que deberás modificar si quieres evitar una contractura en la zona de las cervicales, ¡atento/a!

  • Evita movimientos demasiado bruscos: cuando hacemos deporte, dormimos o limpiamos el hogar, por ejemplo, es habitual mover el cuerpo y, por consiguiente, aumenta el riesgo a realizar un mal movimiento que pueda montar nuestros músculos o producirnos algún tirón. Por ello, te recomendamos que, en la medida de lo posible, evites estos movimientos para evitar que puedas padecer una contractura de este tipo.
  • Un cuello fuerte: también resulta esencial que la musculatura del cuello esté fuerte y en buenas condiciones, por eso, te recomendamos que realices ejercicios centrados especialmente en esta zona del cuerpo y, así, evitarás que se lesione fácilmente. En este otro artículo de unCOMO te descubrimos diferentes ejercicios para fortalecer el cuello.
  • Estira tu espalda y cuello: si trabajas delante del ordenador es muy común que mantengas, durante muchas horas, la misma postura y el cuello y espalda inmóviles. Esto es algo que debes evitar para reducir el riesgo a una contractura cervical, por eso, te recomendamos que cada 2 horas, aproximadamente, estires la espalda y el cuello para que desentumezcan.
  • Duerme en una correcta postura: otro de los factores que más causan estas contracturas es haber escogido una almohada poco adecuada para las necesidades fisiológicas de nuestro cuello, por eso, es importante que esté en buen estado, igual que el colchón y que la temperatura de la habitación sea cálida para evitar esta situación. En unCOMO te contamos cómo mejorar la postura al dormir.

Si la contractura se prolonga o el dolor es muy intenso, lo más recomendable es acudir a un fisioterapeuta. Con masajes y el calor localizado que producen los infrarrojos, la resolución del problema será mucho más rápida. Además, podrá darnos una lista de ejercicios para realizar diariamente, aunque no sintamos dolor, para fortalecer la musculatura. Eso sí, siempre recuerda que hay que calentar los músculos primero antes de hacer los estiramientos que se harán al final.

Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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