Cuando estás a dieta, la sensación de hambre es un factor que puede producir el comer en exceso y finalmente, el aumento de peso en lugar de perderlo. Las dietas estrictas que restringen las calorías y los alimentos hasta el extremo, deben ser evitadas porque, ya que esto puede llevar a sentimientos de privación, las deficiencias nutricionales y las dietas yo-yo. Ponerse a dieta no significa que tienes que morirte de hambre o sentirte con hambre todo el tiempo. Hay ajustes que puedes hacer a tu dieta que te hará sentirte pleno y satisfecho, mientras que sigues perdiendo peso.
Vuelve a colocar tus tres comidas estándar diarias con cinco a seis comidas pequeñas. Consumir una comida cada tres horas. Comer comidas más pequeñas con mayor frecuencia estimula el metabolismo y mantiene tus niveles de azúcar en sangre de forma estable. Hacer esto significa que no anhelarás otro tipo de alimentos, no te sentirás privado o tendrás hambre. Te sentirás satisfecho.
Incluye alimentos ricos en fibra en tu dieta, como verduras, frutas y granos enteros. Alimentos ricos en fibra permanecen por más tiempo en el cuerpo ya que son lentos al digerir. Los alimentos de fibra hacen que te sientas lleno rápidamente por lo que comerás menos. Alimentos ricos en fibra a menudo requieren masticación adecuada de modo que comerás más lento. Durante este tiempo, tu cerebro recibirá la señal de que estás lleno y dejarás de comer.
Haz que tu principal bebida sea agua y bebe durante todo el día. Se recomienda consumir de ocho a 12 vasos de agua al día. Con el agua te llenas por lo que comerá menos y también promueve la hidratación y la salud digestiva.
Come alimentos que tengan una baja densidad de energía, tales como verduras, legumbres, frutas y granos cocinados. Estos alimentos son ricos en agua y fibra y bajos en grasas y calorías. Puedes llenarte con ellos sin obtener una gran cantidad de calorías.
Agrega verduras a las comidas como sopas, guisos y pizzas para que sean de baja densidad energética. Evita los alimentos con una densidad de alta energía, como los productos lácteos ricos en grasa y las carnes, ya que estos tienen un montón de calorías.
Consume proteína de baja energía que son bajas en calorías y grasas, tales como productos lácteos sin grasa, claras de huevo, pescado y aves de carne blanca.
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- Antes de comenzar cualquier dieta, consulta un experto en nutrición.