El trastorno disocial se presenta generalmente en niños y adolescentes. Se trata una serie de comportamientos que evolucionan con el tiempo, y que tiene como característica principal conductas que atentan contra los derechos de las personas, y que infringen las normas y reglas sociales que ya deberían ser cumplidas de acuerdo a su edad. Es poco común que este trastorno comience después de los 16 años de edad, en la mayoría de las personas suele remitirse en la edad adulta. Sin embargo, en algunos casos, puede evolucionar hacia un trastorno antisocial de la personalidad. A continuación te presentaremos, cómo identificar el trastorno disocial.
Comportamientos agresivos. Los menores que padecen de este trastorno disocial comienzan teniendo conductas que no se adecuan a las normas sociales, como por ejemplo, mentiras repetitivas, robo de tiendas, peleas físicas, etc. Con el paso del tiempo, estas conductas se agravan y aparecen las amenazas, agresiones físicas a personas o animales, violencia sexual, uso de armas, entre otros.
Lugares y personas. Generalmente, esta conducta es realizada en un ambiente conocida por el menor, como ser el barrio, la escuela, la familia, etc. De esta manera, las conductas van dirigidas hacia personas de su entorno, ya sea padres, compañeros, profesores. Sus conductas generan que el entorno del niño sea más hostil, generando que éste adopte conductas más agresivas en respuesta de ello, convirtiéndose en un círculo vicioso.
Relaciones interpersonales. Dado su conducta no suelen tener muchos amigos. La relación con los adultos suele ser poco saludable, ya que continuamente les falta el respeto y los desafía. Suelen ser los acosadores de otros niños que consideran más débiles.
Baja autoestima y escasa empatía. No se preocupan y no le interesan los sentimientos de los demás. Generalmente, interpretan las conductas de los demás como amenazadoras, respondiendo ante ello con agresiones. Aunque se demuestre fuerte, suele tener una autoestima baja, escasa tolerancia a la frustración y suele irritarse ante cualquier situación.
Entorno. Tienen un rendimiento escolar bajo debido a sus conductas. Suelen ser suspendidos o expulsados de los centros educativos a los cuales concurren. Las relaciones con su entorno familiar suele ser negativa, ya que no continuamente están violando las normas y reglas del hogar.
Agresiones a personas y animales. Frecuentemente estos niños desarrollan conductas extremadamente violentas hacia personas y animales. Suelen iniciar peleas físicas o agredir gravemente a personas. En cuanto a los animales, suelen torturarlos hasta dejarlos gravemente lesionados o hasta matarlos. También suelen tener ataques de violencia, realizar arrebatos y robos a mano armada.
Destrucción de la propiedad. La provocación de incendios es una de las características más frecuentes en este tipo de trastorno. El objetivo de estos actos es generar daños graves e irreparables. Por otra parte, también es común la destrucción de propiedades de otras personas.
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- El trastorno disocial requiere de la intervención de un profesional de la salud en forma urgente.