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Cómo funcionan los inmunosupresores

Cómo funcionan los inmunosupresores

Los inmunosupresores son medicamentos que bloquean la respuesta del sistema de defensa de nuestro organismo. Se prescriben a pacientes trasplantados como tratamiento crónico para evitar el rechazo del órgano, así como a personas que sufren cualquier tipo de enfermedad autoinmune. En UnComo.com te explicamos cómo funcionan los inmunosupresores.

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Enfermedades autoinmunes

Hay una serie de enfermedades autoinmunes para las que usualmente se prescriben el uso de inmunosupresores, por ejemplo

Sistema inmunológico

El Sistema Inmune es el mecanismo de defensa de nuestro cuerpo. Cuando un agente infeccioso o antígeno entra en nuestro organismo, las primeras células en detectarlo son los macrófagos. Éstos transforman al agente infeccioso de tal manera que es reconocido por los linfocitos T y linfocitos B, que se encargan de producir anticuerpos. Los anticuerpos evitan la multiplicación del antígeno y lo anulan, para que más tarde los fagocitos eliminen los restos.

Cuando el sistema inmunológico no funciona adecuadamente, le es imposible distinguir las células propias de las ajenas. En vez de luchar contra antígenos externos, las células del sistema inmunológico o los anticuerpos que producen, pueden ir en contra de sus propias células y tejidos por error. A este proceso se le conoce como autoinmunidad, y los componentes involucrados en la ofensiva se llaman linfocitos autorreactivos o autoanticuerpos. Cuando esto sucede, se producen las enfermedades autoinmunes.

La mayoría de los fármacos inmunosupresores interfiere con los linfocitos T, células centrales en la regulación de la respuesta inmunitaria, y pueden abarcar corticosteroides (como prednisona) y fármacos no esteroides como ciclofosfamida, azatioprina, micofenolato, sirolimus o tacrolimus.

Fármacos inmunosupresores

Los fármacos inmunosupresores persiguen los siguientes objetivos:

  • Inducir o mantener la remisión de la enfermedad.
  • Reducir la frecuencia de recaídas o rebrotes de la enfermedad.
  • Reducir la administración de corticoides mientras se continúa manteniendo un adecuado control del proceso.

Su función fundamental es inhibir el proceso de inflamación que provoca la enfermedad o el posible rechazo del trasplante. Esto se realiza por diferentes vías:

1. Los fármacos biológicos (adalimumab, etanercept, infliximab, rituximab, anakinra) son inhibidores selectivos de una molécula pro-inflamatoria o de su receptor, interfiriendo así y deteniendo el proceso inflamatorio que perpetua la enfermedad y sus procesos.

2. Fármacos citotóxicos (azatioprina, ciclofosfamida, clorambucil, metotrexate) provocan la muerte celular o impiden la proliferación, de forma selectiva y controlada realizando un uso correcto de estos, evitan de forma secundaria el proceso inflamatorio.

3. Fármacos inmunosupresores (ciclosporina, leflunomida, tacrolimus), este grupo inhibe la proliferación y adecuada función de los linfocitos, responsables de la respuesta inflamatoria causante del las diferentes enfermedades autoinmunes.

El tratamiento suele combinar la toma de varios inmunosupresores, generalmente ciclosporina, azatioprina y corticoides, aunque esta pauta varía dependiendo de la persona. En algunos casos, se sustituye la ciclosporina por tacrolimus porque suele ser más fácil de controlar y tiene menos efectos secundarios. Lo mismo ocurre con la azatioprina, se suele sustituir por el ácido micofenólico para proteger la médula. El everolimus y el sirolimus pueden usarse para sustituir a los inhibidores de la calcineurina para evitar el desarrollo de tumores.

Casi todos los inmunosupresores afectan o se ven afectados por la toma de otros fármacos, así que es importante consultar con el médico antes de empezar con otros medicamentos, productos homeopáticos o de herbolario.

La mayoría de estos medicamentos no actúa de modo selectivo por lo que el sistema inmune puede perder la capacidad de resistir a infecciones y a la expansión de células cancerosas. Es por esto que los niveles de estos fármacos deben estar bien controlados por el médico responsable. A pesar de todos sus efectos, son imprescindibles para el paciente y, en la mayoría de los casos, se acaban incorporando a la vida diaria como una rutina.

Usos frecuentes

La azatioprina se utiliza en el tratamiento de la artritis reumatoide, en la esclerosis múltiple y la colitis ulcerosa.

La ciclosporina se utiliza en el tratamiento de la psoriasis y la miastenia grave.

El micofenolato se utiliza en combinación con la ciclosporina en la prevención del rechazo en el trasplante de riñón, corazón e hígado. También se utiliza en el tratamiento de los problemas renales asociados al lupus eritematoso.

El sirolimus, se utiliza en combinación con otros fármacos incluyendo la ciclosporina y los corticoides en la prevención del rechazo en el trasplante de riñón. También se ha utilizado en el tratamiento de la psoriasis.

Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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2 comentarios
sebastian
¿porque las personas con medicamentos inmunosuresores no se mueren al no tener defensas?¿que defensas si funcionan y cuales no ?
Isabel
Necesito saber si el Evoquin me da aumento d peso gracias
Cómo funcionan los inmunosupresores
Cómo funcionan los inmunosupresores
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