Causas de la saliva excesiva

La saliva es una sustancia totalmente necesaria para el funcionamiento del cuerpo humano. Sirve, por ejemplo, para favorecer la digestión de los alimentos ya que facilita la deglución —tragarlos— y forma un bolo alimenticio que ayuda a la digestión. Además, sin la saliva no notaríamos el delicioso sabor de los alimentos debido a que la saliva activa las partículas sápidas, pequeñas partículas que obtienen el sabor de los alimentos.

Por otro lado, la saliva sirve para mantener el pH de nuestro cuerpo en su nivel correcto (6,5) al actuar como antiácido y reducir la placa bacteriana de los dientes. Si la saliva, además, tendríamos la boca seca todo el tiempo y hablaríamos con mucha dificultad.

Como vemos, la saliva tiene muchas funciones: actúa como indicador de la deshidratación (sensación de sed), protege la boca de infecciones bacterianas… En unComo.com puedes leer más sobre cuál es la función de la saliva si te interesa.

Sin embargo, un exceso de salivación puede ser totalmente contraproducente para nuestra salud.

El exceso de saliva es un trastorno de las glándulas salivares que se caracteriza por la producción excesiva de la saliva, llegando en muchos casos al babeo. Esta saliva proviene de las tres glándulas salivares principales de la boca humana: la glándula submandibular, la sublingual y la glándula parótida. A su vez, la saliva también proviene de pequeñas glándulas que se distribuyen por la boca.

La sialorra o hipersalivación se produce, por lo tanto, cuando estas glándulas generan más saliva de la que necesitamos, llegando al babeo, un síntoma que se acentúa cuando viene acompañado de la incapacidad para cerrar la boca o cuando tenemos dificultades para tragarla.

Las causas de la salivación excesiva pueden ser muy variadas y pueden deberse a tres problemas: una simple producción de saliva en exceso, tener problemas para mantener la saliva dentro de la boca (incapacidad para cerrar la boca) o problemas a la hora de ingerir (deglución) la comida.

Las enfermedades y factores que pueden llegar a causar el trastorno de la sialorrea son:

• La enfermedad de la rabia causa sialorrea tanto en animales como en personas.
• El embarazo. Se desconocen las causas exactas por las que las mujeres padecen sialorrea durante los primeros meses de embarazo junto a las náuseas, vómitos y mareos, pero algunas de las teorías señala a los cambios hormonales como los causantes.
• Enfermedad del reflujo gastroesofágico (pirosis). Se trata de una enfermedad por la cual se genera una saliva agria o, en su defecto, una saliva sin sabor.
• La pancreatitis (inflamación del páncreas) también causa salivación excesiva.
• Una ingesta excesiva de almidón. Los alimentos más comunes que contienen almidón son: los cereales, el arroz, el pan, las patatas, el maíz, las frutas, la pasta, yogures, bizcochos, caramelos, bebidas con gas, zumos, leche…
• Las úlceras en la boca provocan la hipersalivación como respuesta de nuestro organismo a la infección.
• El síndrome de serotonina
• Las infecciones orales, al igual que las úlceras en la boca, producen saliva extra como mecanismo de protección biológico.
• El uso de dentaduras postizas también genera saliva excesiva como la que producen los bebés en período de dentición.
• Las enfermedades hepáticas (aquellas que impiden el correcto funcionamiento del hígado) como: la hepatitis A, hepatitis B, hepatitis C, cirrosis, síndrome de Reye, enfermedad de Wilson…
• Ingerir productos tóxicos que contengan mercurio, cobre, arsénico o organofosforados (insecticidas) también generan sialorrea por intoxicación de forma repentina.
• Algunos medicamentos también causan babeo como efecto secundario. Son algunos fármacos antipsicóticos (como la clozapina) o los utilizados para tratar el Alzheimer.
• La sialorrea también puede deberse a un trastorno psicológico relacionado con la ansiedad y los ataques de pánico. Las respuestas fisiológicas a los ataques de ansiedad se conocen que son: la subida de la tensión arteria y de la frecuencia cardíaca, un aumento de sudoración, dilatación de las pupilas, aumento de la epinefrina y, por último, la salivación.

Pero la saliva excesiva, como hemos comentado anteriormente, también puede deberse a una imposibilidad física para mantener la boca cerrada o para tragar los alimentos. En estos casos, podemos experimentar la sialorra cuando:

• Suframos enfermedades infecciosas como la amigdalitis, el absceso periamigdalino, la epiglotis o las paperas.
• Cuando padezcamos problemas en la mandíbula como una fractura o dislocación.
• Los enfermos de cáncer también sufren este tipo de problemas debido a la radioterapia.
• Algunos trastornos neurológicos como el Parkinson, la parálisis del nervio facial o la atrofia multisistémica también impiden mantener la boca cerrada.

Babear no es algo agradable. Hace gracia en los bebés y también en niños, pero para un adulto se trata de un problema estético y social grave además de causar problemas de higiene, irritación de la piel alrededor de la boca, agotamiento o deshidratación. En algunos casos, la salivación excesiva puede conllevar problemas a la hora de hablar.

Los pacientes que sufren salivación excesiva a menudo caen en un estado de frustración constante y se aíslan socialmente por vergüenza a su problema.

Durante el período de dentición (crecimiento de los dientes) los bebés padecen un exceso de saliva importante. Para ayudar a tu bebé a superar este proceso doloroso e incómodo puede usar algunos de estos trucos que le calmarán y les hará sentirse más tranquilos:

• Ofrécele helados, hielo u otros alimentos fríos que puedan ingerir para evitar el babeo.
• Para que no se les irrite la piel tan delicada trata de secarle las babas siempre que puedas con un paño limpio.

Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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